Distinguidos integrantes de la mesa de honor;

Señores Jefes de Estado y de Gobiernos;

Señores Ministros y demás Jefes de Delegaciones;

Señoras y señores;
Quiero empezar agradeciendo al Señor François Hollande, al pueblo francés y muy especialmente a los ciudadanos de París por el esfuerzo que supone haber acogido un evento como éste

Nos sumamos a la energía superadora de esta ciudad eterna y de toda Francia que, una vez más, renace sobre sus tres pilares inquebrantables: libertad, igualdad y fraternidad.

Confío en que esta conferencia se selle con la firma de un consenso vinculante que sea, además, un homenaje a los valores universales que compartimos y a nuestra firme decisión de superar, juntos, todos los retos que este siglo XXI nos plantee.

Para el país al que represento, la República Dominicana, las consecuencias del cambio climático no constituyen un ejercicio intelectual, sino un desafío a nuestra propia supervivencia, que nos amenaza diariamente.

Por tanto, nos alegra que la necesidad de combatirlo esté aunando cada vez más voces y encontrando más aliados.

Este último año celebramos que, varias naciones a las que el mundo venía pidiendo un liderazgo a la altura de su responsabilidad, mostraron finalmente la voluntad política necesaria para iniciar los cambios.

Me refiero, por supuesto, a las medidas anunciadas a finales de 2014 y a lo largo de 2015 por Estados Unidos, China y la Unión Europea de recortar sustancialmente sus emisiones con vistas a 2025 y 2030.

Por nuestra parte, en la República Dominicana también estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo.

Solo en este año, nuestro país ha reducido los gases de 3.6 toneladas per capita a 2.9 toneladas, lo que nos sitúa entre los 23 países que menos gases emiten.

Además, nos hemos puesto como meta que para el 2025 deberemos reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25%.

Esto incluye contar con un 32% de la matriz de generación eléctrica proveniente de fuentes renovables y, para lograrlo, ya estamos implementando mecanismos de estímulo a la inversión en estas áreas.

Llegamos, por tanto, a esta Cumbre del Clima con optimismo, pero también con urgencia.

Porque lo que aquí nos jugamos es mucho. ¡Este es el momento de la verdad!

Es el momento para que los países desarrollados que aún no han anunciado recortes significativos, den un paso al frente y acepten su responsabilidad histórica.

Y el momento también de que los grandes países emergentes, que emiten un creciente porcentaje del CO2, asuman su nuevo papel ante la comunidad internacional.

El mundo de hoy no es lógicamente el mismo que el que firmó el protocolo de Kioto en 1997.

Sin embargo, no podemos olvidar que el peso de la responsabilidad histórica del cambio climático sigue estando sobre los hombros de los países plenamente desarrollados.

A ellos les corresponde por tanto, no solo la reducción de las emisiones, sino también encontrar métodos para financiar la transición energética del resto del mundo a través del Fondo Verde.

Señoras y señores

En la República Dominicana somos conscientes de que el cambio climático no es una fatalidad inevitable, sino un desafío para el que podemos prepararnos y que debemos enfrentar, con responsabilidad y eficiencia.

Confiamos en que esta cita en París nos ayude a alcanzar la auténtica Justicia Climática.

No les quepa duda de que la República Dominicana está lista para trabajar en esa dirección.

Muchas gracias.